En tiempos pasados cuando predominaba el sentido común
en la sociedad existían leyes donde se velaba por el buen orden social para
proteger la seguridad, integridad y desarrollo de cada individuo y sus
colectivos. Los seres humanos fueron creando leyes para proteger a cada
persona, a sus familias, a sus clanes, a sus tribus, luego a sus pueblos, a sus
naciones, a sus estados y a sus imperios. Con leyes hechas de buena fe se puede
crear un orden social donde cada ser humano pueda vivir en paz y progreso. Las
leyes contra la discriminación vinieron para que se pudiera impedir que de
forma injusta las personas vinieran a limitar la existencia, presencia y
desarrollo de toda persona sin importar su color de piel, su grupo étnico, su
sexo (hombre o mujer), su edad, su cultura, su política, su religión o su ideología.
Según la Declaración Universal
de Derechos humanos, cada persona posee derechos en su carácter personal, derechos
de pensamiento, de conciencia, de religión y libertades políticas, derechos
económicos, sociales y culturales. Dicen los artículos 18 al 21 sobre los derechos
de pensamiento, de conciencia, de religión y libertades políticas:
“Toda persona
tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este
derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la
libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente,
tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la
observancia. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de
expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus
opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
Podemos ver que
dentro del buen orden de las cosas, hay espacio para una sociedad
multicultural, diversa y en buen desarrollo. Todos necesitamos nuestro espacio de derechos
humanos y todos necesitamos respetar y que se nos respete de igual forma. Sin
embargo, los derechos humanos están ligados a la ley moral. Vienen a defender
el buen orden natural de las cosas. Nada tiene que ver con derechos humanos
toda aquella conducta que es contra la naturaleza, contra la vida, contra el
buen desarrollo, y contra el bienestar común del hombre. Tomando como ejemplo,
un grupo de gente genocida, no tiene derecho alguno de atentar de forma alguna
contra la vida de otras personas, sin importar cuales sean sus motivos. Las
naciones poseen leyes para proteger la vida y la seguridad de las personas. El
sentido común nos dice que nadie debería poner en riesgo alguno la vida y el
bienestar de otras personas. Esto nos muestra claramente que los derechos
humanos tienen como meta proteger al hombre y no todo lo contrario. Toda conducta
nociva no puede ser protegida como si de un derecho humano se tratase. Vivimos
en una sociedad que vino a su existencia gracias a la aportación esencial de la
familia y su legado materno y paterno. Estos dos vínculos, el paterno y el
materno vinieron a ser los pilares sagrados de la civilización. La unión de un
padre y una madre trajo la familia. (Vea: DECLARACIÓN MUNDIAL DE LA FAMILIA) El orden natural
de las cosas nos dice que un hombre y una mujer se unen y dan vida. Todo lo demás,
los hijos, la descendencia, los pueblos, el patrimonio y todo lo que compone a
una nación viene como resultado de ese sagrado núcleo. Por ende, todo aquello
que atente contra el verdadero núcleo de la familia (padre y madre) debe ser
considerado ilegal, ofensivo, nocivo, dañino y pernicioso y no debe ser
permitido en la sociedad. No se debe trastocar el orden natural de las cosas.
No se debe alterar de forma alguna la verdadera definición de lo que es la
familia. En tiempos modernos hemos visto como un grupo de gente inescrupulosa
se ha dado a la tarea de destruir la definición de la familia. Violando las
leyes naturales tanto biológicas como científicas ahora proponen falsos modelos
de estructuras familiares. Ponen en peligro el buen desarrollo de los niños que
puedan presenciar semejantes anomalías. En estos últimos tiempos los hombres
han pretendido cambiar la definición del verdadero matrimonio y del patrimonio,
para venir a presentar ideas inmorales como la unión de dos hombres en vínculo
sexual, o de dos mujeres de igual forma. Como si fuera poco, la llamada “Perspectiva
del género”
atenta contra la naturaleza, la ciencia y contra la biología afirmando que el
sexo no es con lo que se nace, sino con aquello que se siente ser. De esta
forma, le abren el camino al hombre para que pueda ir contra su propia biología.
Es decir, que un niño, sea confundido y pretenda ser una niña o viceversa. Los
estados, en vez de crear y fomentar una sana educación en estos temas, a lo que
se dedican es a confundir más a la generación imponiendo estilos de vida
disfuncionales. Hemos vistos como ahora, pretenden pasar como derechos humanos prácticas
como: la homosexualidad, el lesbianismo, la poligamia, el incesto, la pedofilia
y aberraciones semejantes a estas. Sucede que al alterar la verdadera definición
del matrimonio, ahora se sobre entiende que “orientación sexual” es cualquier unión,
sea lo que sea, hombre y hombre, u hombre y cosa (inanimada). Ahora la palabra
matrimonio la han trastocado para que su significado en vez de incluir a esposo
y esposa, sea una definición abierta de forma desmedida hacia cosas no
naturales, ilógicas y aberrantes. Los defensores de la Perspectiva del género ingresaron a cambiar los códigos civiles de los
pueblos, y ahora cualquiera puede imponer su “perspectiva” por mas aberrante
que sea. Dañaron la definición de matrimonio. Ahora los niños corren peligro en
manos de hogares disfuncionales y perniciosos. Primero, dichas agendas vinieron
reclamando un alegado “derecho” legal en la sociedad, en los últimos tiempos,
se los han concedido, pero ahora quieren otra cosa, quieren imponer sus falacias
en las escuelas y para ello se valen de grupos de poder e influencia a nivel político.
Estos vienen contra toda noción de sentido común, no les importa la verdadera
ciencia, ni la biología. Vienen a imponer una ideología dictatorial. Pero esos
mismo que primero hacían campañas de ir en pro de la tolerancia, ahora vienen a
tratar de callar las voces y la conciencia de la gente que tiene sentido común.
Vienen a destruir la libre expresión y a tratar de reducir los derechos humanos
de aquellos heterosexuales que dieron forma a la verdadera sociedad. Es hora de
levantarnos y defender lo que verdaderamente nos hace como personas: los
valores, la familia, nuestros verdaderos derechos. No
permitamos que un grupo de degenerados nos venga a imponer sus falsos ideales
carentes de verdaderas estructuras. No les entreguemos nuestros niños a sus
lavados de cerebros contranaturales, dañinos y ofensivos. Defendamos nuestros
derechos, defendamos a nuestros hijos. Defendamos la buena conciencia y no cedamos
ante la corriente dañina que para nada le importa la salud ni el orden de las
cosas.
Temas relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario