Lo primero que hacen es no hacer estudios médicos verdaderos
ni científicos a la hora de imponer ideologías
sacadas del baúl más tenebroso de los inmorales. Se dejan convencer por la mera propaganda de ciertas personalidades.
Lo segundo que hacen es no defenderse ante las intenciones
de grupos de depravados que se introducen en la política y vienen a trastocar
las leyes y los códigos civiles.
Lo tercero que hacen es ceder ante presiones económicas y
vender sus conciencias.
Lo cuarto que hacen es dejarse llevar por la corriente
inmoral de unos pocos y aplastar la voluntad de la mayoría en la sociedad.
Lo quinto que hacen es destruir la democracia e imponer por
medios ilegales las ideologías liberales de unos pocos.
Lo sexto que hacen es contaminar el sistema educativo con
las falacias y mentiras de sus pseudociencias contranaturales e adoctrinar a
los más pequeños y vulnerables.
Lo séptimo que hacen es perseguir y criminalizar a los grupos
conservadores que se oponen a las cosas contranaturales y que protegen los
valores en la sociedad.
El resultado de dicha conspiración lo es la destrucción de
la familia verdadera (padre, madre e hijos) para darle paso a hogares
disfuncionales que carecen de las figuras importantes de un padre y una madre.
¿Quién sale perdiendo? Salen perdiendo los niños a quienes
se les privó de tener las figuras esenciales y necesarias de una madre amorosa
y de un padre que les brinde carácter y seguridad. Sale perdiendo la sociedad
completa al crear y multiplicar esta clase de hogares donde no existe un orden
natural, ni verdadero compromiso con su pareja.
El resultado, una sociedad que no solo desconoce de los
valores, sino que se inclinan por estilos de vida rebeldes, ofensivos,
indecorosos, y completamente deshonestos.
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